Bienvenidos a un rincón paradisíaco en la distinguida urbanización Olimar en Chiva, donde la elegancia y la naturaleza convergen armoniosamente. Este fantástico chalet, impregnado de encanto mediterráneo, se convertirá en tu santuario de serenidad y lujo.
Al cruzar el umbral, el hall nos recibe con la promesa de una experiencia única. El amplio salón comedor cuenta con diversas estancias y la presencia de una chimenea, que invita a la contemplación. En la cocina, donde destacan la madera y el mármol, se abre a una generosa terraza, ofreciendo un escenario perfecto para compartir momentos bajo las estrellas.
Las cuatro espaciosas habitaciones dobles, cada una con vistas hacia la naturaleza circundante, se convierten en oasis de paz y serenidad. Los armarios empotrados y los techos altos añaden un toque de majestuosidad a espacio de descanso.
Los materiales cuidadosamente seleccionados dan vida a esta residencia mediterránea. Desde el suelo de barro que abraza los exteriores hasta la piedra que adorna las paredes, cada elemento contribuye a la narrativa de lujo y autenticidad. Las ventanas de madera, con sus mosquiteras y contraventanas de aluminio con tonalidad de madera, no solo brindan aislamiento, sino que también preservan la estética encantadora.
El jardín, salpicado de palmeras, árboles frutales y limoneros, es un testimonio de diseño paisajístico. Con riego automatizado y una puerta de garaje automática iluminada con luces LED, cada detalle ha sido cuidadosamente considerado.
La cereza en la cima de este edén es la posibilidad de crear una piscina de obra, elevando el nivel de indulgencia y ocio. Además, la proximidad al Club de Campo Aldamar, con sus actividades deportivas y eventos sociales, añade un toque adicional de exclusividad a esta experiencia única.
Pero además, mis 1877 metros cuadrados de parcela pueden ser segregados, generando posibilidades de inversión adicionales.
Este chalet no es simplemente una propiedad; es un poema de lujo y comodidad, donde la vida se despliega con gracia y serenidad. ¿Está preparado para sumergirse en la majestuosidad de esta residencia única en Olimar?
Al cruzar el umbral, el hall nos recibe con la promesa de una experiencia única. El amplio salón comedor cuenta con diversas estancias y la presencia de una chimenea, que invita a la contemplación. En la cocina, donde destacan la madera y el mármol, se abre a una generosa terraza, ofreciendo un escenario perfecto para compartir momentos bajo las estrellas.
Las cuatro espaciosas habitaciones dobles, cada una con vistas hacia la naturaleza circundante, se convierten en oasis de paz y serenidad. Los armarios empotrados y los techos altos añaden un toque de majestuosidad a espacio de descanso.
Los materiales cuidadosamente seleccionados dan vida a esta residencia mediterránea. Desde el suelo de barro que abraza los exteriores hasta la piedra que adorna las paredes, cada elemento contribuye a la narrativa de lujo y autenticidad. Las ventanas de madera, con sus mosquiteras y contraventanas de aluminio con tonalidad de madera, no solo brindan aislamiento, sino que también preservan la estética encantadora.
El jardín, salpicado de palmeras, árboles frutales y limoneros, es un testimonio de diseño paisajístico. Con riego automatizado y una puerta de garaje automática iluminada con luces LED, cada detalle ha sido cuidadosamente considerado.
La cereza en la cima de este edén es la posibilidad de crear una piscina de obra, elevando el nivel de indulgencia y ocio. Además, la proximidad al Club de Campo Aldamar, con sus actividades deportivas y eventos sociales, añade un toque adicional de exclusividad a esta experiencia única.
Pero además, mis 1877 metros cuadrados de parcela pueden ser segregados, generando posibilidades de inversión adicionales.
Este chalet no es simplemente una propiedad; es un poema de lujo y comodidad, donde la vida se despliega con gracia y serenidad. ¿Está preparado para sumergirse en la majestuosidad de esta residencia única en Olimar?
